© José María Merino
¡FELICES FIESTAS!
Este año 2015 que nos deja ha sido en Páginas de Espuma el año de las escritoras. ¡Y qué alegrías nos han dado! En abril se falló el IV Premio Ribera del Duero que obtuvo Samanta Schweblin con un libro con huella como lo es Siete casas vacías. Toda una inmensa acogida de lectores (ediciones en España, Argentina y México) y crítica, avalada por sus seis reediciones, pero, sobre todo, por esa magnífica sensación que es haber editado un libro extraordinario, único. Y esas sensaciones ya venían de dos escritoras que han sido cómplices todo este año en un apoyo y reconocimiento mutuos que ha sido realmente precioso. Clara Obligado venía de El libro de los viajes equivocados que fue Premio Setenil al Mejor Libro de Cuentos. La muerte juega a los dados, del que ya disfrutan los lectores de su segunda edición y el próximo año, en particular los lectores argentinos, de una edición allá, fue elegido entre los mejores libros por el suplemento Babelia de El País. Sin embargo, y sobre todo, ha entusiasmado a muchísimos lectores y ha profundizado en esa exploración con los límites que Clara viene haciendo desde hace años y que la convierte en un caso de magnífica calidad y también singularidad. Nuria Barrios, vieja amiga de esta casa, «pequeñaresistente», publicó la primera parte del año un espléndido volumen, Ocho centímetros que, a punto de ser reeditado, se encuentra en estos momentos como finalista de los entrañables premios Cálamo de la librería zaragozana. De un pulso narrativo preciso, tenso, incisivo, la nómina del cuento en Páginas de Espuma no estaría nunca completa si no hubiera calado Nuria en esta orilla. Y en septiembre realizó su debut literario Mariana Torres con El cuerpo secreto. Con él, Mariana ya no tiene que hacer ningún salto, el salto perfectamente ejecutado lo ha hecho con estos cuentos frágiles y crueles, oníricos e íntimos, de una mujer y una niña que comparten un mismo secreto. No podemos dejar de nombrar la reedición en Argentina de un clásico de esta editorial, como lo es el primer libro de microcuentos que editó aquí la reina de este género brevísimo y que es Temporada de fantasmas de la gran Ana María Shua.
Y ya que hablamos de reediciones, comencemos hablando de ellos con la reedición del primer libro de cuentos de Andrés Neuman de quien ya podemos ofrecer sus «cuentos completos» en Páginas de Espuma. Entre la delicia y la curiosidad se sitúan las piezas de El que espera, totalmente renovado y con una puesta a punto sin traicionar el espíritu con el que nació el libro. Y si la narrativa breve de Andrés está con nosotros, la totalidad de la minificción de Juan Pedro Aparicio asimismo lo está. La cita anual con este género tiene denominación de origen leonés o deberíamos decir acento londinense. London calling es una suerte de decámeron muy british, entre la hora del té y el filandón. La ironía, las claves ocultas y un fino repaso a lo que nos rodea hacen de esta tercera entrega de Juan Pedro un stop indispensable. Mucho de lengua inglesa lo tiene la banda sonora de este año, la música que nos ha acompañado estos doce meses y que viene de la mano de otro «pequeñoresistente», Iban Zaldua con su Biodiscografías, una «alta fidelidad», el libro de cuentos más musical del catálogo y que se lee y escucha a partes iguales. Dos por uno. Y seguimos. Este año, como todos, estuvimos en la FIL de Guadalajara (México) y su literatura nos enamoran. Alberto Chimal y su literatura nos apasionan. Alberto y Los atacantes nos atraen y nos asustan. Y es así porque lo que hace Alberto con sus cuentos está reservado a muy, muy pocos escritores. Y siendo el año de las mujeres no podíamos acabar el año sin una de las grandes noticias para el cuento de este 2015: el nuevo libro de Ángel Zapata, Materia oscura. La travesía literaria de Ángel, su poderosa propuesta, su firmeza llena de dudas, su prosa y su poesía infinitas, encuentra su cima en estas páginas irrepetibles.
Un día a ese frase que en ocasiones repetimos «vivimos del cuento», los amigos de Valdemar me contestaron «y nosotros de los muertos». En todo caso, qué bien se convive con los muertos y sobre todo si están tan vivos como Marcel Schwob y sus Cuentos completos en traducción y edición de Mauro Armiño. Hay una pregunta que nos hacemos siempre. «¿Por qué vuelan los aviones?» Cuando nos lo explican y razonan, cuando comparten con nosotros ese secreto que hace de las máquinas artilugios voladaores, es comparable a cuando descubrimos en Schwob ese mecanismo, esa espoleta que ha permitido una modernidad excepcional en la literatura del siglo XX, de Borges o Faulkner a Vila-Matas o Bolaño. Y vivísimo está nuestro amado, reconocido, Antón P. Chéjov que de la mano de Paul Viejo (oh, cuánto te debemos) llega el tercer tomo de esa catedral de maestría universal que son sus Cuentos completos y más si hablamos de esa edad de oro suya que se abre entre los años 1887 y 1893, con relatos trascendentales para el cuento. Tres de cuatro: la orilla, el puerto de llegada de esta tetralogía se adivina. El viaje es irrepetible.
Y comenzamos el ensayo con otro maestro y otra orilla, esta sí ya presente, de Robert Louis Stevenson y sus ensayos más biográficos recogidos en Vivir y traducidos por Amelia Pérez de Villar, Con esta entrega cerramos la trilogía temática de la cara B del escocés y lo hemos celebrado reuniéndolo con sus hermanos mayores, Escribir y Viajar, en un precioso estuche que es regalo insuperable para los ojos con los que lee cualquier lector. Y no sabemos si haremos un estuche, pero la ya «biblioteca» Harold Bloom de Páginas de Espuma se ha enriquecido con Poemas y poetas, traducido por Antonio Rivero Taravillo, un paseo por las poesías y los poetas de diversas épocas y geografías que configuran «su» canon, tan excepcional por lo único y subjetivo como brillante por su análisis e inteligencia. Otro autor asiduo en nuestro catálogo es Raúl Fernández Vïtores que también brilla en su reflexión, actual y profunda, con Tanatopolítica, una luz sobre algo tan oscuro y perverso como puede ser la muerte en manos de aquellos que ostentan el poder. Y acabamos por el principio, por Vida de vidas, Premio Málaga de Ensayo, de ese escritorazo que es Cristian Crusat, que en su «solitario empeño» de estudiar como nadie a Marcel Schwob y la biografía imaginada que es toda la literatura, nos desvela el secreto de por qué los aviones o la imaginación vuelan o por qué leemos lo que leemos cuando afirman otros escribir o vivir.
No podemos cerrar este año sin las innumerables reedicciones. Los libros de Javier Fernández Panadero (¿Por qué el cielo es azul? que llega a la docena y Experimentos para entender el mundo y El mundo de Max, ambos en su tercera edición; y ¿Por qué el cielo es azul? y ¿Por qué la nieve es blanca? licitados en México), Fernando Iwasaki (Ajuar funerario: ¿cuántas van, Juan?), Clara Obligado (su Por favor, sea breve ha sido licitado en Colombia), Robert Louis Stevenson (Escribir), Eloy Tizón (Técnicas de iluminación: no hay quinta mala)… Y numerosas reediciones de las los cuentos completos de Honoré de Balzac, Antón P. Chéjov o Edgar Allan Poe…
Todo un gran año 2015 que ahora termina. Gracias a todos los autores, nuestros espumosos. Gracias sobre todo al otro cabo de la cuerda, los lectores. Y gracias a todos aquellos que permiten que la cuerda vibre, a libreros, distribuidores, colaboradores, prensa. Gracias a todos. Os deseamos un 2016 lleno y rebosante, en el que alegrías y sorpresas sean lo mismo.
¡FELIZ 2016!
Juan Casamayor