Uno se detiene en las decenas de retratos que pueden verse en internet con una simple consulta de imágenes y concluye que Guillermo Samperio (1948-2016) era ese escritor de los mil rostros, desde el adusto profesor con lentes, chaleco y barba extremedamente cuidada hasta la estrella de rock de tatuajes inverosímiles, anillos imponentes y cabello rojizo. Esa preocupación formal y estética, esa actitud entre la reflexión meditabunda y la provocación rebelde y adolescente, esa propuesta de vida vivida (compruebo que su último post en Facebook cerraba con las palabras “Mi vida”) se asemeja a su obra, extensa y diversa. Nos entregó y se entregó al cuento, la novela, el ensayo, la literatura infantil, la poesía y la crónica. Escritor total. Versátil. Imaginativo. Fantástico. Estilista. Mexicano. Hedonista. Conocí su literatura gracias a la siempre atenta escritora Clara Obligado y apenas iniciado el camino de Páginas de Espuma publicamos en el año 2002 su antología de cuentos y mujeres (ay, las mujeres…) La mujer de la gabardina roja y otras mujeres. Posteriormente editamos un manual genuino para (nuevos) cuentistas, lleno de propuestas y consejos, Después apareció una nave. Manual para nuevos cuentistas. Imposible olvidar sus hallazgos, su mirada sobre las gafas, su ligero temblor que tanto me recuerda al mío. Una comida surrealista en Sevilla con los escritores españoles Manuel Hidalgo e Hipólito G. Navarro donde competían por el calibre y la potencia de sus medicamentos. Nonos extendamos. «Quien revela los secretos actúa fraudulentamente». Hace unos meses dijimos adiós a Igancio Padilla. Hoy se despide Guillóm. Año terrible. Obras eternas.
Juan Casamayor