
ABC Cultural
Por Luis Alberto de Cuenca
FUENTE: https://www.abc.es/cultura/cultural/cuentos-completos-edgar-allan-poe-poe-comentado-20250225115557-nt.htmlhttps://www.abc.es/cultura/cultural/cuentos-completos-edgar-allan-poe-poe-comentado-20250225115557-nt.html
Leer al escritor de Boston es una operación espiritual sobrecogedora, ahora en una nueva traducción de ‘Cuentos completos’.
Leer a Poe (180948-19) es una de las operaciones espirituales más intensas y sobrecogedoras que existen Algo así como mezclar en coctelera la obra pictórica de Gaspar David Friedrich con la de Füssli y la de Bócklin y behérsela de un solo trago. Seguro que habrá en música, como en pintura paralelismos similares, pero no se me ocurren ahora mismo. En literatura habría que pensar en la ‘Ilíada’, de Homero; la ‘Divina comedia. de Dante; o ‘Las flores del mal’, de Baudelaire, como experiencias de lectura parangonables.
Que Poe fue un borracho, y hasta una especie de psicópata no lo discute nadie. Pero hay que recordar que a la literatura le da absolutamente lo mismo que quien la escriba tenga buenos o malos sentimientos, sea capa?, de descargar el hacha varias veces con furibunda saña sobre su abuelita o haya fundado varias leproserías ejemplares en Bangladesh. La literatura se sitúa siempre al margen de la moral. Pueden escribirla extraordinarios hombres ordinarios como Cervantes y Shakespeare, niños mimados por la sociedad de su época como Sófocles y Voltaire, buenisimas personas como Steven-son o auténticos despropósitos humanos como Edgar Alian Poe (quien, entre otras lindezas, defendía la muerte de una mujer joven y bella como el espectáculo más grandioso de la estética universal).
Innegable psicópata
Pese a su innegable condición de psicópata gracias a Poe (y a Baudelaire, su traductor ai francés, que también era un punto filipino, aunque no venga al caso) las letras del planeta Tierra posteriores a su muerte son como son, porque no hay invención lírica o narrativa capaz de superar o eclipsar, de una u otra manera, la obra del bostoniano. O de ser inspiradas por ella como es el caso de Melville. que rinde culto en Moby Dick» al extraño ser de intensa blancura que aparece al final de Arthur Gordon Pym, o de H. P. Lovecraft. cuyas criaturas innombrables proceden de las pesadillas del autor de «El cuervo’, por citar tan solo dos nombres de la interminable lista de deudores de Poe. Y es que buena parte de la literatura mundial de las dos últimas centurias depende de las invenciones, en prosa y en verso, del inmenso escritor e insoportable ciudadano que murió en Baltimore en 1849, victima de sus propios excesos, dando un respiro a su pobre suegra, que por fin consiguió liberarse de él.
Páginas de Espuma ya había editado hace años un volumen con los «Cuentos completos’, comentados por el hispano-peruano Fernando Iwasakj y el mexicano Jorge Volpi. Ese libro adoptaba la célebre traducción de Julio Cortázar, aparecida por vez primera en los años 50 y coeditada por Revista de Occidente y la Universidad de Puerto Rico, Una versión, la de Cortázar, impecablemente redactada, pero escasamente fiel al original. El ímproho trabajo del autor de «Rayuela’ se convirtió en la traducción más reproducida por editores tirios y troyanos, siendo la edición en dos gruesos tomos de bolsillo de Alianza Editorial la más popular, Esta nueva impresión de los ‘Cuentos completos’ nos regata una nueva traducción, a cargo de Rafael Accorinti Cotillo, y amplia de forma sustancial las páginas de comentario, ofreciendo al lector una glosa de un par de páginas firmadas cada una por un escritor perteneciente a un escogido elenco de hermeneutas entre los que figuran algunos nombres importantes de la literatura española e hispanoamericana de hoy. Así Andrés Neuman, Manuel Vilas, Fabio Morábito. Espido Freire. Pilar Adón… Enriquecen el libro en sus páginas iniciales dos textos introductorios de Mariana Enri-quez y Patricia Esteban Erlés y una serie de ilustraciones de Arturo Garrido. Todo muy bien trabado y muy digno de tenerse en cuenta por quienes adoramos la escritura de un imprescindible como fue, es y será Edgar Allan Poe.