Este año que se va nos ha dado muchas alegrías, muchísimas, y mucho trabajo. No ha sido un año sencillo con nuevos factores que provienen de territorios ajenos al libro pero que igualmente afectan a nuestro quehacer. Aun así, queremos agradecer a todas las lectoras, a todos los lectores, por el compromiso y el apoyo que nos habéis dado cada día. En definitiva, nuestro trabajo es proponer lecturas y vosotros habéis dispuesto que en vuestra selección haya libros de nuestra editorial. La suma de todas vuestras elecciones, bien anónimas, bien públicas en vuestro entorno, han hecho que este 2022 que nos deja haya sido un magnífico año. De parte de todo el equipo, gracias y mil veces gracias.
Este 2022 hemos editado diecisiete títulos nuevos (ver catálogo). En el primer semestre del año disfrutamos de la llegada a nuestro catálogo de Javier Vela con Guía de los pasos perdidos; confirmamos que el esperado segundo libro de Valeria Correa Fiz, Hubo un jardín, era un librazo; nos quedamos sobrecogidos con Ceniza roja de Socorro Venegas, ilustrado por Gabriel Pacheco; y festejamos el Premio Ribera del Duero con Ustedes brillan en lo oscuro de Liliana Colanzi. Recuperamos la voz de los cuentos completos de Amparo Dávila con un iluminador prólogo de Mariana Enriquez. Actualizamos las ediciones de los cuentos completos de Miguel Unamuno, en edición de Óscar Carrascosa, y Marcel Schwob, con prólogo de Enrique Vila-Matas y traducción de Mauro Armiño. Sin duda en esta línea el hito fue la edición de Cuentos y prosas breves de James Joyce, a cargo de Diego Garrido e ilustrada por Arturo Garrido. Y el semestre vio publicado uno de sus libros mas importantes del año, La impostora. Cuaderno de traducción de una escritora, Premio Málaga de Ensayo, de Nuria Barrios.
El segundo semestre comenzó con el que probablemente sea uno de los libros de cuentos más importantes de los últimos años de la literatura española. Nos referimos a Mientras estamos muertos de José Ovejero. Esta parte final del año alumbró la publicación de dos escritoras excepcionales que han dado un paso adelante en su narrativa breve: Isabel González con Nos queda lo mejor y Laura Baeza con Una grieta en la noche. La propuesta más fantástica vino del insólito David Roas y sus Niños. El mejor colofón estaba reservado a Cuentos de Navidad. Herencias del invierno de Pablo Andrés Escapa, ilustrado por Lucie Duboeuf. Esta orilla contemporánea fue acompañada de dos clasicazos: el genial D. H. Lawrence y sus Cuentos completos (1907-1913), traducidos por Amelia Pérez de Villar, y el universal Marcel Proust, de quien se recordó el centenario de su muerte, con Escribir. Escritos sobre arte y literatura, con traducción de Mauro Armiño. En el mes de septiembre dimos un paso más en la serie coeditada con la Escuela de Escritores y vio la luz Escribir infantil y juvenil. Manual de escritura, de Chiki Fabregat.
Además de esas diecisiete novedades, hemos publicado veintiséis reediciones y, muy importante para nuestro catálogo, diecinueve ediciones latinoamericanas repartidas en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia y México.
En la editorial se concedieron dos premios que no han parado de darnos alegrías: el VII Premio Ribera del Duero que obtuvo Liliana Colanzi con Ustedes brillan en lo oscuro (seis ediciones hasta el momento) y el XIII Premio Málaga de Ensayo que recayó La impostora. Cuaderno de traducción de una escritora, de Nuria Barrios (tres ediciones hasta el momento). También han venido muchos reconocimientos a nuestros autores y autoras y sus obras. Sin duda el National Book Award a mejor libro traducido que mereció Siete casas vacías, de Samanta Schweblin (traducción al inglés de Megan McDowell), encarne uno de los instantes más felices y que ha acelerado a este libro infinito hasta sus treinta ediciones.
Parte de nuestro ritmo cotidiano ha sido la organización y la coordinación de presentaciones de libros, encuentros con autores, talleres de escritura, clubes de lectura. No habría espacio para detallar el par de centenares que hemos llevado a cabo. En todo caso queremos agradecer la plena confianza y complicidad de los escritores y las escritoras, de las librerías, de las ferias y festivales, de todos aquellos quienes los han hecho posible.
Y terminamos como empezamos, agradeciendo la lectura de cada persona, allá donde haya sido ese pequeño y gran rito que es leer un libro. En el refugio del hogar, en el trayecto de tren o avión, en las vacaciones más ociosas. En la espera, en el insomnio, en el descanso, en el exilio. En el metro, en el hospital, en la playa. En la librería, en la biblioteca, en un parque. En soledad o en compañía. En la diversión y en el estudio. En papel o en pantalla. Muchas gracias en cualquier lugar y en cualquier momento. Por un 2023 (ver programa) lleno de libros y que nos crucemos en tiempos y espacios.
LOS ESPUMOSOS
