Es un pez volador. Sin duda. Es una imagen recurrente en el imaginario que rodea a Hipólito G. Navarro. Todo en él vuela y es escurridizo: sus cuentos, su literatura, su imaginación. Todo ello inclasificable, complicado de definir, imposible de encasillar. Poesía. Juego. Y más de una década saltando y buscando oxígeno para volver a zambullirse en esto de la edición. Es en estas aguas donde me siento uno editor feliz y pleno. Lleno de satisfacción y alegría. Y responsabilidad. Lo responsable no procede de su escritura: he sido lector privilegiado de un nuevo libro extraordinario, hondo, comprometido, absoluto. Poli y yo estamos unidos por una amistad tan antigua como la editorial. Ahí radica la responsabilidad, la del amigo. Poli ha sido todo en esta casa: editor, corrector, lector, antologado, prologuista, autor. Ahora, con su nuevo libro, tan importante para él, tan indispensable para nosotros, queremos ser todo para él. Porque la vuelta al día es para vosotros y para nosotros y entre ambos está Hipólito G. Navarro. Está La vuelta al día. Todo ha estado siempre.
Juan Casamayor