
Poco tiempo en cualquier lugar

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Poco tiempo en cualquier lugar
Enigmática y compleja, alegre pero de sonrisa oculta, viajera y ensimismada en su propio arte, Katherine Mansfield fue –además de, con rotundidad, una de las maestras del cuento moderno en lengua inglesa– una mujer independiente, apasionada, libre sexualmente, irónica y, sobre todo, testigo y parte de uno de los momentos más interesantes de la historia de la literatura, tal y como atestiguan sus diarios y su correspondencia.
Sus cartas –traducidas y seleccionadas con exquisitez por Patricia Díaz Pereda– son la constancia de su perpetuo deambular, de sus afectos, antipatías y simpatías por lugares, animales y personas (entre las que se encontraban D. H. Lawrence, Virginia Woolf o T. S. Eliot), de su inmersión total en la literatura aun a cambio del sacrificio, de la intensa y turbulenta relación con su marido pero también de su pasión por la vida pese a dificultades o enfermedades.
Un certero testimonio que refleja a una mujer que nunca se rindió en la lucha contra la adversidad y nunca cejó en su búsqueda de horizontes mejores, en la vida y la escritura. Una gran correspondencia, toda una biografía.

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Katherine Mansfield (Wellington, Nueva Zelanda, 14 de octubre de 1888-Fontainebleau, Francia, 9 de enero de 1923) es considerada una importante figura del modernismo literario. En 1898 publicó su primer cuento en la revista del colegio. Publicó 12 cuentos en la revista New Age. Más tarde, estas historias fueron publicadas en un libro con el título de En una pensión alemana, pero tuvo poco éxito.
La muerte de su hermano la dejó muy afectada, por lo que empezó a refugiarse en sus recuerdos de la infancia, cuando vivía en Nueva Zelanda. A principios de 1916 entró en su época más productiva. En diciembre de 1917, enfermó de tuberculosis, por lo que empezó a viajar por toda Europa buscando una cura para la enfermedad. Publicó su segundo libro de cuentos, Preludio y en 1920 su tercero, Por favor, que fue un gran éxito. En 1921, se trasladó a Suiza, donde escribió El viaje. Un año después publicó su cuarto libro de cuentos, La fiesta en el jardín. Una hemorragia pulmonar le provocó la muerte a los 34 años. Su marido recopiló todos sus escritos y los publicó en un libro titulado El canto del cisne ese mismo año. Al año siguiente hizo lo mismo en un libro titulado Algo infantil. Posteriormente publicó también su diario Diario de Katherine Mansfield (1927) y Cartas de Katherine Mansfield (1928).